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| Fotografía de ZacharySnellenberger |
En algún tiempo atrás pensé en olvidar mi vida, dejarla tirada en el tiempo, y así me iba pensando por el filo de una vereda vieja. Arrastraba el pie izquierdo por momentos. A veces mirar atrás y sólo dejar huellas es primordial. Esta vez, como lo escribí en un principio, quería dejar mi vida a cuestas de la nada, tirando las cuestiones de la vida por un buzón de ideas vacías, tratando de..., cómo decirlo, mandar todo al carajo. La tarde era calmada, las personas muy buenas, conversando a costa del otro o a veces solos, a veces no había personas, al fin y al cabo la tierra es de todos y otras veces somos uno tratando de compensar al otro. Mi mirada siempre frustrada por los gigantes verdes, el sol era casi desconocido, entonces mis pies dejaban de arrastrarse para darle paso a una caminata más urgida, de sentimientos, de vida, de amor, de alegrías, me hacía falta un poquito de esto que le llaman «amor». Mi vida en ese entonces no ocupaba un lugar en mi mente, sólo era cuestión de pasar el día haciendo nada, tapándome los ojos cada vez que «se me metía una piedrita», y no era más que eso. Corría sin dirección, como un loco buscando quién sabe qué cosa, como un enamorado buscando a su doncella, yo corría desahogando mis ojos, tratando de encontrarle un «propósito a mi vida». Entonces, paré. Como si el viento me empujara el pecho, abriendo cada vez más los ojos llenos de ríos contenidos. «Propósito», esa palabra... ¿Alguna vez te ha pasado que gritas: «¡EUREKA!», sin saber por qué? Pues, esta vez era lo que yo sentía, era un golpe de estado a mi vida, una respuesta bélica que aniquilaría a todo mi ser. Bajé las manos, y dos pies bien plantados en el asfalto te hacen observar el obsequio de la vida. Sé que nunca es tarde para empezar de nuevo, que si las cosas van mal, puedes comprar un papel de color blanco y con dos ganchitos ponerla encima de las desgracias. No digo que calmara la situación, pero escribir o hacer tu vida otra vez, es una de las cosas más alucinantes de la vida. Encontrarle «un propósito» a la vida es la parte favorita de este juego, yo encontré el mío, y aquí estoy, frente a tus ojos, mostrándote el camino de lo bonito que es vivir .
Kaizen
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