Un poquito de fragilidad

Un poquito de fragilidad

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A pesar de que lo intentas,
de que luchas contra ellas,
cada día, cada hora, cada minuto,
luchas, por no rendirte ante sus garras.

Siempre están allí,
listas ante cualquier asomo de debilidad,
aparecen justo en primera plana,
la fragilidad, la melancolía, la inseguridad,
como si estuvieran pulidas en oro las muy malditas.

Te acechan,
no te das cuenta de su presencia
ocultándose entre las sombras de tu felicidad
a la espera de que flagees,
de que te tiemblen las piernas,
de una lágrima que se derrame por tu mejilla.

Ya están detrás de ti,
para tomarte entre sus crudos y fríos brazos
para hacerte recaer de nuevo en su trampa,
en aquel recóndito lugar que tanto temes.

Un asomo de tristeza
entre tu sonrisa, y tu risa.
un asomo de debilidad, de fragilidad,
un asomo de que te has roto un poquito
y que las lágrimas han comenzado a brotar.

Y entonces, caes.

A veces, suele ser por horas,
a veces por días,
y a veces sólo por minutos.

Pero está bien
porque esto es lo que somos,
somos humanos,
y también se vale cobijarnos con la melancolía
aunque sea sólo un poquito.

F. S. Muñoz

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