Te necesito

Imagen: weheartit

Te necesito.

De alguna manera se me ocurre pensar
que, tal vez, podría morir en el intento
de quererte. Y no me importaría morir
por una causa tan bonita, y tan desastrosa
al mismo tiempo.

Te necesito: aquí, ahora. Quizá para
vivir un poco más de lo que jamás
he esperado, en realidad. Quizá para
imaginar que aún siento el amor
en el pecho, y que los kilómetros,
por más infinitos que sean, jamás
podrán borrar lo escrito.

Tengo letras tatuadas en las venas
con tu nombre. Una canción que
me recuerda, y que se escucha
en todas las calles vacías; y que
se escucha con alegría porque
sí.

Te necesito (también) lejos.
Mis temores, de mis incertidumbres,
de mis muros indestructibles, de mis
lágrimas y mis heridas.

Hubiera jurado que te habías
ido de no haber sido porque
aún recuerdo tu curva cuando
sonreías. El mundo es muy
triste de vez en cuando.

Te necesito porque también
te quiero. Porque parece que el
gris nos sienta bien algunas
veces.

Ahora estoy muriendo, ya no
soy un niño, y escribo esta carta
dedicada a un fantasma quizá, una
tumba o un recuerdo lejano que jamás
ocurrirá luego de cerrar los ojos.
Es hora de volar un poco más lejos.

Te necesito aquí, conmigo.
Pero ya es tarde y las luces
de las ciudades se apagan
muy lento. Se desvanecen
los pequeños instantes
en que las personas que
abrazabas, que sentías,
que eras capaz de contarles
tus problemas en medio de
una mesa de algún bar:
todo se va.

Y qué sé yo que hay después
de toda esta mierda. A fin de
cuentas no puedo llamar vida
a algo que no viví contigo.
Pero te necesito, y ya es tarde.

Carta dedicada a un amor no correspondido:

un amor que murió en manos de cualquier hombre.

Y que jamás fue leída por cualquier mujer.

David Ruiz