Mirar hacia el otro lado

Mirar hacia el otro lado

Imagen: pmzmagazine
Te sientes como si estuvieras pisando el fango. Sientes que cada vez te hundes más y más cuando creías que ya no podías hacerlo, cuando creíste haber llegado al fondo y que estabas comenzando a salir; no fue así; sólo te estabas hundiendo más.

Algunas veces en nuestras vidas sentimos que el dolor nos invade, que nuestra pelea contra él o aquello que nos lastima está perdida; pero es justo entonces cuando más duele, cuando más gris se ve el cielo, es ahí cuando sabes que todo lo peor está por terminar, cuando la tormenta está por irse y el sol regresará. Pero siempre hay falsas alarmas. Igual que sucede cuando nos sentimos en aguas pantanosas, igual sucede cuando duele más, sí: siempre puede doler más.

Desesperas y no sabes qué hacer, por supuesto que he estado ahí. No sabes de dónde puede salir tanto llanto, ni tampoco por qué sigue doliendo tanto; ni siquiera sabes ya si se trata de un dolor físico, mental emocional, psicológico, no sabes nada, de dónde viene, si algún día se irá, si se quitará, si se curará. Pero de algo estoy segura: por ese dolor no morirás.

Aunque sientas que se te quiere salir el corazón del pecho, aunque creas que son tus últimos suspiros, no es el fin del mundo, ni de la vida, ni de las cosas que importan. Allá afuera, fuera de esa habitación oscura en la que te encierras a sufrir, hay una vida maravillosa, tan sólo mira por la ventana. Posiblemente el día esté nublado, tal vez no haya estrellas o no esté la luna brillando, pero, ¿te das cuenta de que al mirar hacia el cielo estás mirando a un abismo maravilloso? Claro que sí, lo único que te mantiene aquí es la fuerza de gravedad. Con esa misma fuerza, aférrate a ti, a quien eres, a lo que sí importa, porque tienes una vida maravillosa todavía.

Muchas veces, al sentirnos de este modo, es simplemente porque estamos mirando en la dirección equivocada. Así es. Sigues mirando la piedra con la que tropezaste y el raspón sólo duele más; sigues pensando en el error que cometiste, no te lo perdonas, y el pasado duele mucho si se vive de esa manera. También he estado ahí.

Entonces, lo que deberíamos hacer es simplemente mirar hacia el otro lado, donde la vida nos sonríe, donde está lo bonito de despertarse cada día, donde encontramos una sonrisa y no miramos aquello que lastima. Mira hacia ese otro lado donde cada día crecen nuevas rosas, donde no hay abismos, donde lo que está ahora detrás de ti ya no duele tanto y, al contrario, se convierte en un recuerdo. ¿Sabes?, cuando logras esto, puedes querer a alguien a pesar de cualquier cosa, conservas lo mejor y sigues tu camino; puede que mientras vayas avanzando sigas mirando atrás, pero no duele tanto, porque en tu mente sólo está el hecho que debes ir en esa dirección, en la dirección donde no te duele aquello que antes te destrozaba. Ésa es la dirección indicada. Dicen que uno es de donde llora, pero siempre querrá ir a donde ríe. Y es muy cierto. ¿Por qué llorar? Quiero decir, tal vez sabemos que pertenecemos a ese lugar tan lúgubre y triste, pero podemos o no quedarnos ahí. Mira hacia el otro lado y encuentra tu dolor en forma de recuerdos y fotografías que no hablan, que no acechan y, lo mejor de todo, que no duelen. Encuentra ese amor propio y aprende a amar de manera que no necesites tener, de manera libre. Aunque cuesta bastante, es más saludable.

Amar libre, en mi concepto, es amar a alguien sin querer poseerlo, sin querer tenerle a un lado, ni siquiera por cinco minutos; amar libre implica sonreír ante el recuerdo, y eso sí: muchísimo valor.

Ama con valor, con libertad, sin rencores, con recuerdos y sonrisas ante aquello, y luego déjale ir. Mira hacia el otro lado y camina; no llores, sólo camina. Tampoco dejes que las saladas lágrimas se reflejen en tu rostro. Entra a esa vida maravillosa que posees, sin dolor, sin quejarse, abrázala y su calor sanará las heridas. Esto no implica olvidar, sino aprender a vivir con cierta nostalgia, cierto dolor, pero sin quebrarte, sin romperte por dentro cada vez que recuerdas. Un amor libre te hace fuerte, y comenzarás en tu nuevo camino.

Sólo necesitas mirar hacia el otro lado, no hacia el lado del dolor. ∞

Con amor, Lemnis.

Publicar un comentario

0 Comentarios