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A veces uno se pega toda la vida,
buscando algo con insistencia,
con desesperación, incluso,
sin esperanza a veces.
Y llega un instante que eso que buscabas
como un milagro, o magia,
se te coloca justo delante de la cara
y tú, que eres estúpido, tiemblas,
o giras la cabeza y das la vuelta.
O simplemente huyes.
Y claro que estoy hablando del amor.
¿De qué coño, si no, iba a tener miedo un hombre?
Ernesto Pérez Vallejo
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